El poder de las palabras
Las palabras tienen el poder de crear y de destruir
Nuestras palabras tienen el poder de crear y el poder, también, de destruir. El mejor ejemplo de esto lo podemos apreciar en una amistad o una relación. Cualquier palabra fuera de lugar o que pueda generar algún tipo de malentendido, quizás provoque la ruptura de ese vínculo.
Incluso la ausencia de las palabras puede ocasionar algún tipo de problema.
En las relaciones de pareja, sobre todo, la comunicación es sumamente
importante. Sin embargo, siempre hay algún secreto o algo que no se le
cuenta a la pareja “por su bien” y que termina derivando en una serie de
conflictos muy difíciles de abordar y superar.
Pero, el poder de nuestras palabras es mucho más poderoso. Su capacidad de crear y de destruir también es aplicable a nosotros mismos.
No escucharnos, dedicarnos afirmaciones negativas y reprimir lo que
deseamos decir son algunas de las múltiples maneras en las que nos
haremos daño, nos sentiremos frustrados y en las que, tal vez,
consigamos alimentar una baja autoestima.
Si tú no te dedicas palabras agradables nadie
lo hará. Porque tal y como te ves, así te verán los demás. Hemos
aprendido a dedicarles estas palabras a los demás, pero ¿qué pasa con
nosotros? Parece que no sabemos darnos el valor que merecemos,
nos ponemos en un segundo lugar y esto provoca determinados problemas.
Es entonces cuando los “soy incapaz” o “no puedo” se hacen eco en
nuestra vida llegando a ser una realidad.
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